Con la llegada del buen tiempo y las vacaciones, es el momento de recuperar también el espacio dedicado a la lectura. Por eso, hoy recomendamos Eragon, el primer libro de la saga «El Legado», escrita por el norteamericano Christopher Paolini.
Eragon es la historia de un joven que se encuentra un huevo de dragona, a la que llama Saphira y con la que vive millones de aventuras y tratará de vengar la muerte de su tío de manos del malvado Galbatorix. Se trata de una historia fantástica de batallas, magia y dragones a través de un mundo inventado, Alagaësia, donde hay que luchar contra batallones de urgalos y cuya historia enseña grandes valores como la valentía o la amistad.
Christopher Paolini escribió la historia de Eragon con tan sólo 15 años y nada más terminarla, continuó con la escritura de el resto de novelas que conforman El Legado: Eldest, Brisingr y Legado. Puesto que Eragon fue todo un éxito tras su publicación en 2003 y Paolini comenzó a ser reconocido y a firmar por todo Estados Unidos, la historia fue llevada al cine.
En diciembre de 2006 se estrenó la película de Eragon, que resultó todo un fraude para los lectores pues, no se parecía en casi nada a la historia fantástica contada en el libro. De la adaptación cinematográfica se encargó la Twentieth Century Fox y uno de sus problemas fue que se rodó demasiado rápido, con prisas por mantener el éxito del libro y sin el presupuesto que una película de este calibre, necesitaba. Su intención era (como ha ocurrido en otras ocasiones) llevar todas las novelas de la saga al cine, pero el desastre de Eragon hizo que ya Eldest no se rodase, ni el resto tampoco. Además, existen numerosas diferencias muy notables entre el libro y la película que pueden consultarse aquí en la sección «diferencias entre el libro y la película»: http://es.wikipedia.org/wiki/Eragon
Por todos estos motivos, es mucho más recomendable en este caso leer las aventuras del joven mago y su dragona que acudir a la película, aunque una vez visto el libro, uno puede verla para comprobar qué diferencias hay.